viernes, 27 de febrero de 2009

THE MOCK PRISON



Cada año se celebra un evento que dura cuatro días, este evento se ha convertido en la punta de lanza de todos aquellos interesados en el mundo de las prisiones.Este año sera entre desde el 3 al 6 de Mayo.

A lo largo de casi 50.000 metros cuadrados , se puede ver todo tipo de material, así como la posibilidad de probarlo, hay seminarios, charlas, foros de consulta, se presentan nuevas tecnicas y equipamientos. Por si eso fuera poco, los departamentos de penales pueden asistir con sus equipos de intervención para realizar simulaciones de asaltos y tomas de control del personal recluido fuera de orden, ya que se contratan docenas de actores para que se hagan pasar por peligros presidiarios.

TODO lo que se puede hacer y TODO lo que puede pasar en una prisión tiene su homologo en el MOCK PRISON RIOT.Hay que tener en cuenta que los Estados Unidos tiene una proporción reclusa enorme comparada con los países europeos y las cárceles allí son una industria como cualquier otra , que sustenta con trabajo muchas pequeñas poblaciones rurales.

Para poder ir (a nivel institucional) solo se tiene que solicitar a través de la web oficial y esperar que confirmen los permisos.La asistencia es posible para policías, militares y evidentemente funcionarios de prisiones.

Os dejo un enlace del vídeo promocional, porque os sera mas fácil comprender la magnitud del evento viendo el vídeo que leyendome.

Un saludo a todos.

VIDEO 1: http://www.youtube.com/watch?v=AQ5m2w3l2NE

VIDEO 2 :http://www.youtube.com/watch?v=MGa0RIm_93A

VIDEO 3 : http://www.youtube.com/watch?v=HNLEnQfmiqI&feature=related







WEBSITE:

http://mockprisonriot.org/MPR/INDEX.ASPX






Y para darle algo de color algunos vídeos de incidentes reales en las prisiones:

http://www.youtube.com/watch?v=Ba7Gn0HBXpM

Este vídeo esta muy bien, se ve como atacan a un grupo de guardias y al par de minutos llega la caballería pesada y no queda ni un solo delincuente en el pasillo:

http://www.youtube.com/watch?v=Ngtv6bDXWUk&feature=related



Prisión Australiana, asiáticos contra aborígenes:

http://www.youtube.com/watch?v=LqRyvQAgFFY&feature=related


http://www.youtube.com/watch?v=l6Fcim5XH4g&feature=related



Y con todo esto yo creo que el monotematico de prisiones esta bien servido.
http://www.youtube.com/watch?v=_03JitIJK0g

jueves, 26 de febrero de 2009

ANALISIS DEL ENFRENTAMIENTO

Artículos de esta talla, son los que hicieron en su día que me interesara por la otra cara del mundo operativo, la cara real de las situaciones de peligro a las que verdaderamente todo agente del orden se enfrenta ; en este caso y como no podía ser de otra manera el texto que nos trae mi amigo Ernesto Perez Vera, el cual trabaja como escribe y escribe según trabaja, ya que muchas de las experiencias que explica las ha vivido por desgracia en sus carnes, al menos con la fortuna de escapar vivo, aunque a veces gravemente herido.Aqui os dejo este otro articulo suyo.
Leerlo con detenimiento , porque con artículos como este ,se escriben libros en USA.



CONCLUSIONES EXTRAIDAS ANALISIS DEL ENFRENTAMIENTO ARMADO




El agente de policía por lo general NO está psicológicamente preparado para afrontar un enfrentamiento armado real, y para colmo, la inmensa mayoría de los planes de formación y entrenamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España, no guardan relación con la realidad del enfrentamiento.

Esto es algo que ya fue asumido en Estados Unidos. Allí se analizan y estudian todos y cada uno de los casos en los que un agente de la ley (aquí en España denominado Agente de la Autoridad) se ve envuelto en un enfrentamiento en el que se hace uso de las armas de dotación reglamentaria. Estos análisis se realizan tanto si el agente fallece como si resulta herido o indemne pero siempre se hace un análisis y estudio de todo lo ocurrido.

Para el análisis, se obtienen datos relativos a la distancia de los enfrentamientos, tiempos de reacción, número de disparos y de impactos, calibres usados, comportamiento de los proyectiles, etc., y de todo ello de obtienen conclusiones que pueden ser tenidas en cuenta para diseñar o programar entrenamientos más eficaces.

El FBI ha realizado un estudio concienzudo sobre detalles relacionados con el fallecimiento de agentes del orden de su país. Este trabajo revela datos referidos a la década de los años 90 del siglo pasado. Así pues, pueden afirmar que el 66% de los agentes que fallecieron por ataque de un delincuente, lo fueron en acto de servicio como agentes patrulleros uniformados y un 22% cayeron durante tareas de investigación.

Las circunstancias en que se produjeron los encuentros armados fueron muchas, detallando en este artículo solo las más significativas. El 21% fallecieron cuando trataban de detener a un delincuente por un delito común. Otro 21% lo hicieron cuando procedían a identificar a sospechosos o infractores de tráfico. El 19% fueron asesinados cuando mediaban en riñas o peleas. El 18% estuvieron envueltos en enfrentamientos con atracadores de establecimientos varios. El 21% restante fueron abatidos en circunstancias variadas. Dentro de estos porcentajes, es de destacar que la mayoría se produjo en horas nocturnas.

Aún siendo los datos anteriores referidos a casos en Norteamérica, serían perfectamente extrapolables a la realidad de nuestro país.

Podríamos en consecuencia, llegar a las siguientes conclusiones:

1º.- En el enfrentamiento real, nuestro agresor dispara o ataca con arma blanca contra nosotros antes de que nos demos cuenta de que se está produciendo un ataque, o de que está apunto de iniciarse.

En los entrenamientos del 80% de los cuerpos policiales de España, eso no se recrea jamás. En nuestro país se entrena de forma estática contra blancos estáticos, y muchas veces se inicia el ejercicio con el arma en la mano y no desde la funda. Tampoco el instructor inculca instinto de supervivencia, el cual puede hacer salir el instinto animal que todos debemos tener escondido en algún sitio.

En esos casos de enfrentamientos reales, es difícil sobrevivir al primer disparo pero en caso de seguir vivo, hay que iniciar cuanto antes una defensa reactiva. No lo olviden, los “buenos” siempre dispararán ante el ataque de los “malos”, por ello casi siempre, el agente resultará herido aún cuando consiga repeler con eficacia el ataque.

2º.- La inmensa mayoría de los ataques, con cualquier tipo de arma (fuego, blanca o contundente) se producen por sorpresa, provocando un shock en el agente atacado.

Si el atacado queda paralizado por el shock, puede estar perdido, pero si consigue reaccionar, normalmente antes de repeler el ataque, se planteará cuestiones sobre las repercusiones legales y mediáticas de su acción



3º.- La reacción instintiva de defenderse debe ser súbita, bien reducir silueta (es natural y a veces se realiza sin que el propio atacado se de cuenta) o bien moverse y ponerse a cubierto y abrir fuego hacia el agresor; esto evitará que el atacante continúe su agresión con tranquilidad y aún sin que provoquemos su puesta fuera de combate, es casi seguro que él errará en sus disparos, nadie es capaz de permanecer tranquilo mientras recibe fuego de réplica.

4º.- Ante todo hay que tener la firme voluntad de sobrevivir, si eso es algo en lo que no estamos entrenados mentalmente o es algo en lo que no hemos meditado antes, no será fácil salir airoso.








5º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos armados se producen entre un metro y siete metros de distancia y sobre todo entre un metro y tres metros o incluso menos.

¿Lleva usted cartucho en recámara? Si no lo lleva, ¿Cree que un agresor dispuesto a matarle a esa distancia le permitirá tiempo para montar el arma? Aunque en la galería de tiro sea usted muy rápido incluso montando el arma con una mano, sepa que eso no podrá hacerlo a cinco metros del agresor, él ya habrá atacado y usted no tendrá tiempo de casi nada, es más, seguramente ya estará usted herido. Cuando usted tenga tiempo de algo…habrá perdido toda habilidad motora fina (habilidad digital aprendida) y ya puede ser tarde…






6º.- Hay que oponerse al instinto natural de huir de un enfrentamiento a las distancias referidas antes. En caso de hacerlo, podremos ser fácil blanco por la espalda.

En los EE.UU se han dado casos de agentes que se entregaron a sus atacantes, quizás esos agentes creyeron que no saldrían vivos del enfrentamiento y no se defendieron con violencia y con decisión, muchos de esos agentes fueron asesinados con sus propias armas.

7º.- Ante el primer signo de riesgo, el agente debería desenfundar su arma o bien empuñarla desde la funda, presta para el desenfunde. Esto en U.S.A. es norma, pero en España es impensable aún. Llevar un cartucho en recámara y estar adiestrado en el tiro desde Doble Acción, ayuda mucho a salir mejor parado, a veces es decisivo.

No olvidemos de todos modos que lo más difícil es detectar el ataque antes de que éste se produzca, quienes pudieron predecirlo sobrevivieron casi siempre. Hay que mantener siempre activados los estados de alerta.






8º.- El primer instinto ante un ataque es el de agacharse y/o moverse, si eso es lo que va a pasarnos en la realidad (vuelvo a lo mismo del primer punto) ¿Por qué la mayoría de programas de entrenamiento no lo contemplan en sus planes de formación?



9º.- Un agente de policía debe saber que en cualquier momento de su servicio puede ser víctima de una agresión mortal, incluso en situaciones de lo menos sospechosas, como pudiera ser la entrega de una citación en un domicilio. Debe saberlo y debe estar concienciado de ello.

También debe mentalizarse de que ante esos hechos tendrá que defenderse de tal modo que puede provocar la muerte de otro ser humano. Esto es algo que no se inculca en nuestro país, quizás todo lo contrario, aquí se suelen crear tabúes que llevan al miedo y falsos mitos, y que a su vez crean la duda permanente en el agente, haciéndolo inseguro.




10º.- La inmensa mayoría de los enfrentamientos NO suelen durar más de tres segundos, salvo casos muy concretos de asedio a delincuentes atrincherados. Aún así, se debe ir provisto de cargadores de repuesto, porque el “malo” nunca avisa de su ataque y menos todavía de la duración del mismo, demás nunca sabremos que circunstancias se pueden dar.

11º.- Casi nunca los agentes hacen más de 4 disparos, no alcanzando el blanco los primeros y sí los últimos disparos, quizás esto en España ocurre porque tratamos de intimidar con disparos al aire o a objetos próximos a la amenaza, de ahí que los primeros disparos no alcancen al agresor. En muy pocos casos se precisa de cambio de cargador, aún así es necesario llevar alguno/s de repuesto. Nunca sabremos que tipo de acción hostil vamos a encontrar o si acaso vamos a perder el cargador del arma durante una carrera, salto de muro o valla, trepas, o forcejeos. (Me reitero apropósito en lo de los cargadores de repuesto)




12º.- Cuando el delincuente está bajo los efectos de drogas o alcohol (es muy frecuente), suele fallar sus disparos, aún así, él es quien inicia siempre la confrontación y si es a muy corta distancia, puede causar baja en el agente incluso cuando sus disparos vayan bajos.

El delincuente en nuestro país por lo general no está adiestrado en el manejo de armas (esto cada vez es menos cierto) así pues sus disparos suelen irse hacia abajo aún cuando los dirija al pecho de agente. Esto sería positivo si los disparos se producen a distancias largas pero la mayoría de las veces sabemos que se producen a muy cortas distancias, de modo que a 3 metros si el malhechor dispara al pecho del agente, sus disparos podrán ir a la zona baja del mismo, tocando órganos importantes por debajo del esternón.

Según la distancia a la que dispare el agresor y si sus disparos se desvían hacia abajo, se pueden producir rebotes que podrían acabar impactando en la zona media alta del cuerpo de agente atacado. Esto es fácil de comprobar recreando la situación en el campo de tiro, con suelo firme, duro y con una silueta.

13º.- El calibre usado por el agente no siempre es decisivo, ni tampoco el tipo de proyectil. Lo realmente decisivo es el lugar del cuerpo donde se consiga impactar al atacante, si bien el impacto en un punto concreto de la anatomía humana, puede ser más eficaz con determinados calibres y/o tipos de proyectil.

Ante situaciones límite de enfrentamiento real, solo un agente extremadamente entrenado será capaz de impactar en la zona deseada y aún así, él no maneja todos los factores que intervienen. ¿Qué prefieren impactar a 3 metros en su agresor con un 9mm Corto en la frente o con un .357 Magnum en el pie?

Seguidamente se exponen algunos casos cercanos en el tiempo y en el espacio, casos reales ocurridos en nuestro país.

Así pues, el 12 de agosto de 2002 falleció un Inspector del C.N.P. en Madrid, el agente fallecido estaba acompañado de otros tres agentes del mismo cuerpo y trataban de identificar, para posteriormente detener, a un ciudadano colombiano de 39 años que se hallaba implicado en la muerte de otro sudamericano. Todos los agentes del dispositivo eran de la Brigada Provincial de Homicidios, todos ellos resultaron heridos por los disparos que el colombiano efectuó en un portal donde los agentes le esperaban. Solo uno de los agentes del dispositivo fue capaz de hacer fuego efectivo y herir de un disparo en el abdomen al criminal colombiano.


El día 1 de marzo de 2003 un agente de P.L. de Marbella resultó herido grave al recibir en su cuerpo un impacto de bala. Los hechos se produjeron cuando el agente trató de identificar a dos sujetos que conducían un vehículo sustraído, si bien existían sospechas de que los sujetos hubieran participado en un tiroteo. Los hechos ocurrieron en el Trapiche (barrio marbellí). Uno de los delincuentes resultó herido pero de menos gravedad que el agente, en cualquier caso parece que no fue detenido. Los delincuentes portaban chalecos antibalas, que fueron hallados días después con varios impactos. Se contabilizaron hasta 30 disparos en la escena del suceso. Se da la circunstancia de que el agente herido es el Instructor de Tiro de la P.L. de Marbella y ya ha tenido dos enfrentamientos similares.


El 29 de diciembre de 2004 dos agentes del C.N.P. de la Unidad de Motos se adentraron en un edificio de la barriada de las Tres Mil Viviendas de la ciudad de Sevilla, en dicho edificio se trapicheaba con pequeñas dosis de droga y los agentes, una vez dentro del bloque, llamaron a una puerta que se hallaba abierta y donde sabían que a veces se vendían papelinas de cocaína y heroína. Los agentes iban solos, sin más apoyo, se disponían a realizar un servicio que para cualquier agente cumplidor, sería rutinario. Una vez los moradores de la vivienda advirtieron la presencia policial en la puerta de la casa, sin mediar palabras abrieron fuego con escopetas de caza, los agentes repelieron el fuego con sus armas cortas de dotación. El resultado fue que murió uno de los traficantes, tres más resultaron heridos y ambos agentes heridos también, uno por golpes severos en la cabeza con barra de acero y el otro por disparos en las piernas.


El 6 de abril de 2006 un agente de la G.C. destinado en la Comandancia de Segovia resultó gravemente herido por arma de fuego durante la realización de un control de carretera, los autores de los disparos resultaron ser delincuentes habituales que huyeron del lugar en vehículo. Según parece, los agentes de la G.C. del Dispositivo Estático del Control, no fueron capaces de herir a ninguno de los atacantes, pese a estar todos los agentes en un dispositivo donde se trabaja con una especial sensibilidad y atención, además de dotados supuestamente de armas largas.


El 29 de mayo de 2006 en la ciudad madrileña de Parla, un agente de P.L. que se hallaba franco de servicio, fue víctima de un robo con violencia e intimidación a la salida de un banco en el que acababa de realizar gestiones particulares. El funcionario fue agarrado por el cuello y asaltado por tres personas que con armas punzantes le hirieron a la vez que golpeaban su cabeza en el suelo. Por suerte este agente iba armado con una pistola personal, no de dotación reglamentaria y cuando tuvo ocasión y aún estando herido de gravedad, consiguió abatir de un disparo a uno de sus atracadores. El delincuente falleció prácticamente en el acto por un disparo en la cabeza, el cual tuvo entrada por mentón y salida por occipital, con trayectoria ascendente. Según parece, se da la circunstancia de que este agente es Instructor de Tiro Policial Reactivo.


El 10 de febrero de 2008 un agente de la P.L. de Granada fue herido por arma de fuego durante la identificación del conductor de un vehículo que iba a ser denunciado administrativamente por conducción negligente. El disparo alojó un proyectil del calibre .22 L.R. cerca de la base del pene del agente. Parece que el disparo se produjo desde un edificio próximo al lugar donde el agente realizaba la identificación.


El día 23 de marzo del 2008 un agente del C.N.P. que patrullaba en unión de otro compañero, recibió durante la madrugada un disparo a corta distancia durante la identificación de dos sospechosos en un barrio marginal de la ciudad de Benidorm, el agente herido recibió el disparo en el pecho y le provocó gravísimas heridas al agente. Los autores de los disparos no fueron ni heridos ni detenidos, los agentes no fueron capaces de hacer uso de sus armas.


El 28 de noviembre de 2008 en la ciudad alicantina de Petrer, se produjo un tiroteo entre los dos atracadores de una entidad bancaria y agentes de la P.L. y del C.N.P. Como resultado de la refriega, dos agentes del C.N.P. resultaron heridos por los disparos, uno de ellos recibió tres impactos, uno de ellos en la mandíbula. Los atracadores también recibieron varios impactos, uno de ellos acabó herido por dos impactos en el pecho y el otro falleció tras recibir siete impactos repartidos por distintas partes de su cuerpo, pero incluso cuando ya había recibido los tres primeros disparos, seguía esgrimiendo su arma hacia los agentes.


El 13 de febrero de 2009, un agente de la Policía Municipal de Madrid resultó herido por arma blanca en una mano y por disparo de arma de fuego en un píe. En la misma actuación, un agente del CNP recibió una cuchillada en un hombro. Las heridas de arma blanca de ambos agentes, la produjo un ciudadano de Ghana que se mostró agresivo y violento cuando era identificado; mientras que la herida de arma de fuego en el píe del PM de Madrid, la provocó un disparo del agente del CNP. Finalmente el ciudadano de Ghana fue detenido tras recibir un disparo en una pierna, aunque con el impacto en la extremidad, consiguió huir varios cientos de metros del lugar de los hechos.


Saquen sus propias conclusiones.
En los casos reales anteriormente expuesto de forma tan sucinta, quedan reflejados supuestos varios, en los cuales podemos advertir correctas actuaciones policiales, otras quizás menos correctas, otras de las actuaciones denotan gran pericia y habilidad y otras quizás, adolecen de ella. En cualquier caso, todos los agentes, tuvieron el añadido de la mala suerte. Seguro que todos los que sobrevivieron, se preguntaron ¿Por qué a mi…por que yo…?. Muy sencillo, porque ustedes estaban trabajando y cumpliendo con una obligación que no siempre es reconocida como merece por quien corresponde, una veces por los mandos, otras por los compañeros y otras por los ciudadanos.■

miércoles, 18 de febrero de 2009

VIDA DE ESTE CAPITAN


En este blog siempre hago mención de "hombres de armas" que por algún motivo o circunstancia son merecedores de ser recordados.El libro que reseño hoy trata sobre la propia autobiografía que Alonso de Contreras(1582-1633), soldado español, escribió de su puño y letra lo que le aconteció.

Es especial por dos cosas, porque todo lo que cuenta el mismo es cierto y por que su libro te traslada directamente a los escenarios donde transcurrió su vida.

Si te interesa leer una vida guerrera sin filtros ni tergiversaciones , escrita por su protagonista , un contemporaneo de Alatriste, este es sin duda tu libro.








ÍNDICE

Como tiros de arcabuz (Prólogo),
por Arturo Pérez-Reverte

Sin mirar adelante ni atrás (Prólogo),
por José Ortega y Gasset

VIDA DE ESTE CAPITÁN

Libro primero: Del nacimiento, crianza y padres del capitán Alonso de Contreras, caballero del hábito de San Juan,
natural de Madrid

Libro segundo: En que se da cuenta de mi venida a España y peregrinos sucesos que me sucedieron

Cuadro cronológico

APÉNDICES


Como tiros de arcabuz (Prólogo)

Según el diccionario de la Real Academia Española, levente proviene del turco lawandi, levantino, con el significado de guerrero. Era ésa la denominación que en los siglos XVI y XVII se aplicaba a los soldados turcos de marina; y también, debido a la enriquecedora y fascinante ósmosis léxica que caracterizó el Mediterráneo de la época, a los soldados de infantería españoles que, embarcados en las galeras de Nápoles, Sicilia y Malta, practicaban el corso con métodos idénticos a los del enemigo, a medio camino entre la guerra formal y la piratería desprovista de complejos, asolando las costas griega y turca, y las islas del Egeo.

Alonso Guillén Contreras, más conocido como capitán Alonso de Contreras, era uno de aquellos leventes. Él mismo se hace llamar de ese modo, sin disimular un punto de orgullo nostálgico, en las páginas de su espléndida autobiografía. Buena parte de su vida transcurrió en el Mediterráneo, y casi toda sobre las armas.
Eso hace que el relato, además de ser un valioso testimonio directo del carácter y la vida de los soldados profesionales de la España de su tiempo, constituya también un documento extraordinario sobre aquel espacio ambiguo e impreciso que fue el Mare Nostrum: frontera móvil de aventura, horror y prosperidad, patio trasero de Oriente y Occidente donde se conocía todo el mundo, recinto interior de potencias ribereñas que allí ajustaron sus cuentas, mezclaron carne, acero, sangres y lenguas, renegando, negociando y al mismo tiempo combatiendo entre sí con la tenacidad memoriosa, mestiza, cruel, de las viejas razas.

El capitán Contreras no es el único soldado español de ese tiempo que puso su vida por escrito. Otros que navegaron y combatieron en aquellas aguas, como Jerónimo de Pasamonte, Diego Duque de Estrada y Miguel de Castro, dejaron memorias que hoy son documentos de un valor extremo; no por su estilo literario, sino por el rigor de sus recuerdos y el lenguaje preciso, especializado. Todos ellos escriben sin pretensiones de que la posteridad los adorne con el laurel de las letras inmortales. Hacia el fin de su vida, de una u otra forma, esos veteranos sienten la necesidad de poner cuanto vivieron por escrito; y se aplican a la tarea, cada uno según su cultura, condición y carácter, con la sobriedad de quien no pretende sino recordar, y que lo recuerden. No se trata de jactanciosos milites gloriosi, chorrilleros de Nápoles, matasietes o bravos de contaduría; cada uno a su manera, todos son honrados narrando.
Por eso leerlos resulta una experiencia asombrosa. Suelen ir sin rodeos al grano, describen acciones, combates, temporales, lances de mujeres, peripecias cortesanas, duelos, abordajes, venturas y desventuras con la naturalidad de quienes durante largos años encararon todo eso como gajes de un oficio, la milicia, que a cambio de riesgos y sangre vertida, propia y ajena, les permitió dejar atrás una oscura y triste España asfixiada por reyes, nobles y curas, y probar suerte en mares azules, bajo cielos luminosos, jugándose la piel sobre el tapete de la Fortuna con la esperanza de medrar, de ascender en la escala social, de conseguir botines y respeto; haciendo suyo lo que Miguel de Cervantes -que también fue soldado y navegó el mismo mar- pone en boca de don Quijote cuando éste explica al ama la diferencia entre los cortesanos que "sin salir de sus aposentos ni de los umbrales de la corte se pasean por todo el mundo mirando un mapa, sin costarles blanca ni padecer calor ni frío, hambre ni sed" y los caballeros audaces que, expuestos "al sol, al frío, al aire, a las inclemencias del cielo, de noche y de día, de a pie y a caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies, y no solamente conocemos los enemigos pintados, sino en su mismo ser, y en todo trance y en toda ocasión los acometemos".

[...]

ARTURO PÉREZ-REVERTE


Sin mirar adelante ni atrás (Prólogo)

[...]

Al leer las memorias de Contreras, lo primero con que tropezamos es con su inverosimilitud.
No conviene resbalar sobre esta impresión porque es esencial. Se trata, precisamente, de una narración sobremanera inverosímil, a la cual acontece la gracia de ser la pura verdad.

Cuanto en ella es, por su naturaleza, susceptible de comprobación, ha sido confirmado por otros documentos y datos. Hasta el punto de que lo más increíble de estas memorias es la memoria del memorialista, porque escritas en once días, alojado en una posada romana, probablemente sin viejos papeles a mano, resumen treinta y tres años de una vida arriscada y en puro zigzag, sin que uno solo de los nombres de personajes que cita como ocupando este o el otro cargo, resulte trabucado, ni una sola de las innumerables localidades que sesga en sus viajes esté fuera de lugar. Más aún: la única cosa de que Contreras se jacta es de que, no siendo hombre de estudios ni marino de educación, logra redactar un minucioso Derrotero del Mediterráneo.
Da a entender que considera su obra como perdida, porque el Príncipe Filiberto de Saboya, que oyó hablar de ella, se la había pedido. Pues aun esta hazaña, de tipo más mental que las realizadas de sólito por él, es rigurosamente auténtica, tanto que el manuscrito de su Derrotero yace tranquilamente a estas horas en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Más cuenta, pues, que hacer remilgos nos trae poner, desde luego, proa hacia lo estupendo. Con ello obtendremos un beneficio nada desdeñable: habremos dilatado largamente y de un golpe nuestro horizonte de humanidad. Porque al tragarnos la inverosimilitud de esta vida no tenemos más remedio que digerirla, y ello nos obliga a aclararnos cómo es posible una forma de ser hombre tan distinta de la que nosotros ejercitamos.
La existencia de Alonso de Contreras nos presenta un ejemplo superlativo y químicamente puro del hombre aventurero. Hoy son los pueblos, las colectividades nacionales, los Estados quienes practican en grande y a todo meter la aventura, dándose la circunstancia tragicómica de que en lo interior de la inmensa turbulencia la vida de cada individuo transcurre más metodizada y reglamentada que nunca.

[...]

JOSÉ ORTEGA Y GASSET

lunes, 9 de febrero de 2009

REMEMBER CARDILLO



Muchas veces aquí en España tenemos el mito de que la policía Americana es intocable , que son una piña , que sus mandos son inflexibles con el delincuente y apoyan al 100% a sus hombres. Eso no es así, solo hay que leer las noticias, conocer el caso de Frank Serpico , Amadou Diallo, Rodney King.

Siempre pensamos, y algunos hasta están convencidos de que todo es mejor fuera, que tienen mejor equipo, que son mas profesionales, que si a un Bobby no se levanta la voz porque al malo se le cae el pelo….hasta que hablas con un Bobby de la zona de marcha de Londres, y ves videos de Bobbys recibiendo ostias y te cuentan que tienen muchísimos problemas de autoridad (y ellos lo son, no agentes como somos aquí) que su versión de nuestra 1/92 no vale un carajo y la nuestra es mas dura(imagina como es al de ellos).

Lo que quiero decir con esto es que un POLICIA esta igual de vendido en todas partes y que en América tanto o mas que aquí, no os dejéis engañar por el cine, o por la publicidad o por la arrogante ignorancia europea.

En un país de mas de 300 millones de habitantes con mas de 50 millones de inmigrantes de todos sitios, donde las diferentes etnias están involucradas en todas partes , también en la policía el trabajo en la calle de un agente es mas difícil y peligroso que aquí.

En USA no se tiene gatillo fácil, ni se tienen tiroteos todos los días, de hecho la inmensa mayoría de los policías no han tenido que disparar jamás , pero en un país donde las armas son legales es normal que veamos videos de intervenciones en los que se hace uso de armas de fuego ¿ o es que acaso si en España todos los ciudadanos pudieran llevar pistola no os acercaríais a un vehiculo con vuestra arma fuera de la funda?.



No quiero desviarme del tema, solo pretendo haceros ver que no hay paraísos en el mundo policial y que si un policía, como cualquier herramienta, se rompe…se reemplaza y punto.

Solo he traducido una pequeña reseña de la historia, ya que el libro que trata el tema en profundidad se llama Circle of Six y es del Detective Randy Jurgensen , que luego diré quien es.

Esta es la INFAME historia de vergüenza y cobardía que siguió a la VALIENTE intervención de varios patrulleros de la comisaría mas peligrosa de Nueva york , la 28th precinct.





Los patrulleros Phil Cardillo y Vito Navarra se hacian cargo del sector George de la 28th aquel día. Ellos fueron los primeros en responder a un 10-13 (la llamada de máxima emergencia) en el segundo piso de un edificio en el 102 de West Street.


En 1971 la 28th estaba en cabeza en el ranking de distritos con mas homicidios y ya era el tercer año que era la campeona. En un año los policías de la 28 hacían mas de 8.000 arrestos , mas que ninguna otra comisaría , con excepción de la 5th, que iba en cabeza porque allí se encontraba el Bowery , donde toda la población era , había sido o iba a ser delincuente.

Aquella época fue el cenit de las acciones en contra de la policía, un grupo proterrorista llamado Black Liberation Army se había dedicado a asesinar policías en las principales capitales del país y cualquier agente uniformado era su archienemigo.

Los dos agentes llegaron al edificio, que era una mezquita, era el viernes 14 de Abril de 1972 , una vez allí empezaron a preguntar a un grupo de unos 10 hombres que había en el mostrador de entrada que sabían de la llamada.

De pronto , los musulmanes gritaron Ala Ackbar y aparecieron mas personas que salieron de otras habitaciones , asaltaron a los dos agentes y fueron golpeados sin piedad por numerosos miembros de la mezquita.

Un minuto o dos mas tarde llegaron los agentes Vic Padilla e Ivan Negro , que venían en apoyo desde la 25th y en cuanto llegaron fueron emboscados y una vez en el suelo recibieron una brutal paliza a manos de una docena de personas.

Navarra pudo salir arrastrándose hasta la puerta principal y pudo contar a una de las patrullas que iban respondiendo a las llamadas que Cardillo estaba todavía dentro. A través de una pequeña ventana los agentes vieron a una turba de personas pateando a Cardillo en el suelo, mientras gritaban Ala Ackbar , muere cerdo!!! (Die Pig, PIG es la palabra mas utilizada para insultar a un policía en USA, ellos le dan la vuelta y dicen P.I.G , Pride , Integrity and Guts, Orgullo, Integridad y Agallas).

Los agentes que aun se encontraban dentro luchaban desesperadamente por conservar sus armas, recibiendo golpes mientras luchaban contra varias manos que pretendían arrebatarles los revólveres.

En medio del caos y la confusión, un tipo llamado Louis 17X Dupree, de metro noventa y 120 kilos, le quito la pistola al semi inconsciente Cardillo y le disparo a quemarropa al grito de Ala ackbar!.

Los agentes que había en la entrada rompieron los cristales de la puerta, pero no querían disparar porque temían darle a sus propios compañeros e hicieron 5 disparos de advertencia sobre las cabezas de los ocupantes de la mezquita.

Padilla pudo ver como Dupree corría con el arma de Cardillo en la mano y disparo tres veces mas. La radio echaba humo, mas coches patrulla fueron llamados.
Los policías echaron la puerta abajo y asaltaron la mezquita, los 17 musulmanes que había dentro corrieron a refugiarse hasta el sótano del edificio y fueron perseguidos por los policías. Los policías los pusieron contra el muro y empezaron a cachearlos en busca de los dos revólveres que habían quitado a los primeros agentes en llegar.

Cardillo fue trasladado al Hospital Saint Lukes , al mismo tiempo , en el exterior de la mezquita se estaba despertando una revuelta, cientos de vecinos del sector empezaron a llegar a las puertas de la mezquita, mas coches patrulla también, la gente empezó a volcar coches, algunos ladrillos empezaron a volar desde las azoteas, primeras detenciones, primeros porrazos , era el caldo de cultivo propicio para una revuelta racial.

Mientras todo esto ocurría , llego el segundo Jefe del departamento, Deputy Chief Inspector William Knapp , bajo las escaleras hasta el sótano y allí se encontró al jefe de la comisaría 28, el Inspector Haugh , que como buen jefe tambien habia respondido al 10-13 y ordeno a los agentes que mantuvieran en custodia a los prisioneros, esperando el momento propicio para sacarlos del edificio.

Knapp llamo al comisionado Pat Murphy y le advirtió de lo que acontecía tanto dentro como fuera de la mezquita , mientras hablaba oyó un griterío y cuando se dio la vuelta se encontró a los pies de la escalera a Louis Farrakhan y a Charlie Rangel(un congresista negro, condecorado en la guerra de Corea) acompañados de un montón de gente .
Farrakhan comenzó a gritar “ que todos los policías abandonen el templo” y luego miro a Murphy, saque a sus hombres o habrá graves disturbios. Murphy miro a Haug y le ordeno que dejaran a los prisioneros en el sótano y que todos los hombres salieran, el inspector no se lo podía creer, pero tenia las manos atadas y a regañadientes cumplió las ordenes.

A los anteriores se unió el ayudante del comisionado Ben Ward, quien con Farrakhan a su lado gritos al inspector que se diera prisa en sacar a todos los agentes fuera del templo. Debido a esto , la escena del crimen y las posibles pruebas fueron abandonadas. Farrakhan y Rangel prometieron que todos los prisioneros se presentarían a las 5 de la tarde en la comisaría 24th para ser interrogados por lo sucedido.

En el Hospital Saint Luke el detective Randy Jurgensen se encontró con el Comisionado Murphy , que había ido a visitar a Cardillo, Murphy le pregunto que tal iba la cosa y Jurgensen le dijo la verdad, que estaba a punto de haber un motin en el barrio y que se estaban produciendo altercados con la policia, Murphy lo miro de reojo y parecio no gustarle la respuesta, le dijo “ he hablado con Knapp y me ha dicho que esta todo bajo control, así que nada de motines, ¿entendido?”

El alcalde Lindsay estaba preparando su campaña para presentarse a Presidente y lo ultimo que quería era una revuelta racial en su ciudad, esas cosas pasaban en Detroit, Los Angeles en Chicago, pero no en SU ciudad, la sola idea de que algo así sucediera antes de las elecciones le quitaba el sueño. Por lo tanto mando a el ayudante del comisionado Ben Ward a mantener una reunion paralela con Farrakhan y Rangel para terminar con todo aquello, estaba claro que Farrakhan controlaba a los negros y a la población del Islam, por lo tanto aquello podía calmarse si el quería o volverse una locura.

Sin respetar la vida y el valor de sus hombres toda la cúpula del NYPD y la alcaldía, dieron la espalda a la verdad y a la justicia, demostrando unos índices de indecencia y cobardía nunca antes conocido en la ciudad todo por unas elecciones que el alcalde nunca ganó.






GALERIA DE COBARDES:

Alcalde John Lindsey

Ayudante del comisionado Benjamin " Lameculos " Ward

Comisionado Murphy
Louis Farrakhan

viernes, 6 de febrero de 2009

UN RANGER DE LEYENDA IV PARTE

Enero de 1987
Brent Beeler trabajaba como jardinero en la zona de Horseshoe Bay. Durante meses, había estudiado la zona, hasta adquirir un conocimiento enciclopédico de lo que sucedía en ella. Sabía quién vivía en cada casa, quienes eran residentes y quienes usaban su propiedad sólo en vacaciones, a qué se dedicaban sus clientes, de donde venían y a dónde iban.

Los agentes de policía sabían que, algunas horas antes aquella noche, Beeler había secuestrado a una bonita niña rubia de 2 años, llamada Kara LeeWhitehead. Había telefoneado a sus padres y les había dicho que la mataría si no le llevaban una gran suma de dinero y un buen coche para la huída.
También les dijo que, si veía a un solo policía, mataría allí mismo a la niña.
Cuando se aseguró de que el padre había acudido solo, beeler comenzó a acercarse, con la niña, y con el revólver Smith & Wesson 29 del .44 magnum que había obtenido en un robo.
Dentro del Lincoln, el padre de Kara, Bill Whitehead repasó el plan en su cabeza. Se aseguró de que la luz interior estaba encendida, como Beeler deseaba, pero que era lo bastante apagada para oscurecer parcialmente el interior del vehículo.
Dejo el motor en marcha y las luces encendidas, y abrió la puerta.
“No vuelva a este coche” susurró una voz, en alguna parte del asiento de atrás.
Los Rangers de Texas Johnnie Aycock y Stan Guffey se encontraban debajo de una tela oscura que había sustituido al asiento de atrás del Lincoln (…)

“Por favor, traigan de vuelta a casa a mi niña” dijo Whitehead. A continuación se obligó a alejarse del coche. Los 2 Rangers, colegas y amigos desde hacía mucho, esperaron en silencio, en la oscuridad, debajo de su cobertura. Todo lo que tenían era su absoluta confianza el uno en el otro, y 2 armas cargadas (…)

Beeler había secuestrado previamente a la criada de los Whitehead, quizás pensando que era la madre de Kara, y había pasado una semana pinchándola con un picahielos y quemándola con cigarrillos, cuando no estaba violándola.
La policía manejaba el hecho como un caso de persona desaparecida. No había datos de violencia que hiciesen pensar en un secuestro. No había ninguna evidencia que llevase a Beeler, y el caso había llegado a un punto muerto. Nadie sabía nada de Beeler, ni de lo que era capaz.



Finalmente, Beeler se cansó de torturar a su víctima. Le tapó la nariz y la boca con cinta aislante y dejó que se asfixiase hasta la muerte (…).
Beeler entró una segunda vez en casa de los Whitehead. Con gran sangre fría, fue a la cocina para buscar algo de comer, robó un reloj, algo de dinero y unos cigarros, antes de subir al dormitorio de Kara y secuestrarla, mientras sus padres dormían (…).

Posteriormente realizó una de las muchas llamadas que haría, desde localizaciones diferentes, para evitar ser localizado.
Pidió el dinero y el coche y avisó a los padres de no llamar a la policía o “haría a la niña lo que había hecho a la criada” (por entonces nadie sabía nada del destino de ésta). Con buen sentido, los Whiteheads desobedecieron, y avisaron a las autoridades.

El aviso subió rápidamente por la cadena de mando hasta llegar al Ranger destinado en Llano, que inmediatamente avisó al Capitán Mitchell.
Todos los Rangers disponibles en la compañía respondieron, debido a la distancia típicamente cubierta en esos casos, y a la necesidad de múltiples hombres para realizar controles y búsquedas. El agente del FBI Sykes Houston, experimentado en secuestros y negociación de rehenes, también se unió al equipo. La jurisdicción, sin embargo, correspondía a los Rangers.
El Capitán Mitchell concluyó que no se debía permitir a Beeler abandonar el lugar del encuentro con la niña. Parecía improbable que Beeler supiera que los Rangers estaban sobre aviso. El Capitán pensó que la mejor, y posiblemente única posibilidad para salvar a Kara sería intervenir durante el intercambio del dinero.

Necesitaba un hombre con serenidad e instintos sólidos. Mitchell se dirigió directamente a Johnnie Aycock. Un instante después, el amigo de Aycock, Stan Guffey, se ofreció voluntario como compañero.
El primer vehículo que se consideró fue el Porsche de Bill Whitehead (el coche que había exigido específicamente Beeler),pero tras intentar varias posturas, ninguna de las cuales funcionaba, Aycock dijo:
“Capitán, haré esto en este coche si me lo pide. Pero si entro en ese Porsche, no voy a volver a salir de él vivo”. El Porsche fue reemplazado por un Lincoln Continental nuevo, propiedad del fiscal del distrito. Bill Whitehead informó a Beeler, en su próximo contacto, de que el Porsche no funcionaba bien.

Aycock, que tenía una talla y aspecto parecido al de Whitehead, había estado conduciendo el Porsche de forma errática, con las ropas de Whitehead, por la posibilidad de que Beeler estuviese vigilando.
Mientras Whitehead y su padre conseguían el dinero, los Rangers comenzaron a trabajar en el Lincoln. Arrancaron el asiento posterior, para hacer sitio, no sólo a Aycock y Guffey, sino también para alimentos y suministros, para el caso de que tuvieran que esperar horas o incluso días hasta que el intercambio se formalizase. Aycock se vistió con una chaqueta militar oscura, y Guffey se colocó su chaleco antibalas azul marino sobre su camisa clara de Ranger.
Todo estaba a punto.

En su última comunicación, Beeler ordenó al padre de Kara aparcar el Lincoln en el arcén frente a la casa al final de la calle donde residían los Whitehead. Whitehead debía dejar la puerta del conductor abierta, las luces encendidas, el motor en marcha, y la luz interior encendida, para que pudiera ver el maletín lleno de dinero sobre el asiento.



Guffey y Aycock, asombrados de que Beeler se hubiese refugiado al final de la calle, desecharon casi todas sus provisiones. Dos cosas eran importantes: en primer lugar, pese a que Beeler estaba al final de la calle, no parecía que tuviese idea de que los Rangers estaban implicados en la situación.

En segundo lugar, el intercambio tendría lugar en minutos, en lugar de horas o días. Aycock y Guffey se prepararon para un corto y violento viaje.
Aycock se situó donde había estado el asiento posterior, con su cabeza cercana a la puerta del pasajero. Guffey se colocó con su cabeza junto a la puerta del conductor.

El grupo de apoyo colocó la tela que cubría a ambos rangers de forma que diese la impresión de que el asiento posterior estaba en su sitio, y atenuó la luz interior. La situación no le gustaba nada al capitán Mitchell y a los otros, pero no había modo de organizar un plan mejor, y Beeler ya estaba esperando.
Aycock y Guffey repasaron la señal silenciosa que usarían para intentar detener a Beeler, o matarlo. En cualquier caso, rescatar a la niña sin daño era el objetivo primordial. El destino de Beeler dependía sólo de sus actos (…)

Cuando Whitehead se alejó del coche Beeler, con el revólver del .44 en la mano, y la niña atada con un mantel en la otra, empujó a esta tras el volante, diciéndole “¡Muévete, nena!”, mientras observaba todo a su alrededor. Aycock, que no podía ver, estaba indeciso. Al no saber que Beeler ya había matado a la criada, no estaba seguro de si el delincuente estaba hablando a ésta o a la niña. Guffey y él no podían hacer nada hasta comprender la situación de todo el mundo en el Lincoln.

Sintió movimiento en el asiento, cuando la víctima se movió para hacer sitio a Beeler. El cuerpo parecía muy ligero para ser un adulto. Para estar seguro,movió la mano al asiento delantero, y rozó las nalgas de la niña. Por el tamaño estuvo seguro de que era Kara whitehead , que no hizo ni un sonido.

Mientras, Beeler cogió el maletín del asiento delantero, y lo lanzó a lo que creía que era el asiento trasero. En realidad, se trataba del tórax y el estómago de Aycock. A continuación, Beeler empujó el maletín, con el .44 agarrado en su puño. Los golpes repetidos desplazaron la tela que cubría a Aycock hasta estar debajo de sus ojos. Vio que el arma de Beeler estaba montada, y que el cañón apuntaba directamente hacia él.

Los Rangers mantuvierons sus posiciones. Beeler seguía manejando el maletín hasta que, o se dio cuenta de que no había asiento trasero, o advirtió la presencia de los Rangers. “Oh, maldición” gritó Beeler, y se apartó de la puerta del conductor, apuntando su arma hacia la parte posterior del vehículo. Guffey gritó “policía estatal” y alzó su arma.
Se encontró mirando directamente el cañón del revólver de Beeler. El primer disparo de Guffey alcanzó el marco de la puerta. Comenzó a apretar el gatillo de nuevo. Beeler disparó su .44.
El disparo rompió la ventana situada junto a Guffey, lanzando trozos de cristal al rostro y brazos de Kara y Aycock. El borde de goma de la puerta arrancó la envuelta de latón de la bala, donde los investigadores la encontrarían después.

El núcleo de plomo de la bala voló a través de la ventana, y alcanzó a Guffey directamente en la frente. El arma de Guffey disparó una vez más, al caer desde la destrozada ventana al pavimento manchado de aceite.

Aycock se lanzó hacia delante sobre la consola, interponiendo su cuerpo entre Kara y Beeler. Situó a Kara con una mano detrás de él, mientras con la otra disparaba a Beeler.
Al principio, Beeler no entendió de dónde venían los disparos. Probablemente pensó que había eliminado a Guffey con el primer disparo y, al sentir que las balas de Aycock penetraban en su tórax, asumió que se había convertido en el blanco de un francotirador.

Hizo un confuso esfuerzo de volver al interior del Lincoln, desde donde el fuego continuado de Aycock le lanzó al exterior de nuevo.
A continuación se arrastró contra el coche, hacia el capó. Aycock continuó disparando a través del parabrisas, lanzando una bala tras otra contra el cuerpo del secuestrador. El resplandor de cada disparo capturó el rostro de Beeler en distintas expresiones de shock, rabia y dolor.
Finalmente, giró sobre sus talones y cayó boca arriba junto al coche.
Aycock se movió lentamente hacia él, hasta pisar su muñeca.

Le arrancó el arma de la mano y le examinó. Beeler sería declarado muerto en el hospital, pero Aycock ya sabía que su carrera criminal había terminado. Aycock se volvió hacia Kara. “Soy oficial de policía, cariño”, le dijo. “Un Ranger”. La puso en el el lugar cercano más seguro posible, lejos de la gente que estaba a punto de atender a un Ranger herido. “No te muevas de aquí”, le dijo.

Mientras los Rangers y los agentes del FBI se dirigían hacia el coche, vieron las heridas de Guffey. Aycock gritó que alguien trajera un coche. El primer coche que llegó era del Ranger Jim Miller.
Aycock sabía que estaba lleno de equipo, y que no había sitio para Guffey. “Traed un coche para llevar a Stan al hospital”, gritó.

El siguiente coche en llegar pertenecía a la agente del FBI Nancy Fernari.
Tras trasladar al Ranger al coche Fernari sujetó su cabeza en su regazo, mientras otro agente conducía a toda velocidad al hospital. Fernari acababa de salir de la academia del FBI.

Recordó el entrenamiento en primeros auxilios del FBI, que especifica hablar a la gente seriamente herida, para intentar evitar que caigan en shock. “Si puedes oírme” dijo Fernari, “aprieta mi mano”.Fernari sintió la presión de Guffey. Contentísima, se lo dijo a los otros, y a continuación se volvió a Guffey diciéndole “Vas a ponerte bien,Stan, no es tan malo como piensas”.

Fernari continuó hablando hasta llegar a Urgencias. Justo antes de llegar al hospital, le pidió que volviese a apretar su mano. Sintió la reconfortante presión un instante y, bruscamente, ésta desapareció.
Stan Guffey falleció antes de que los cirujanos pudieran atenderle.
Después de todos estos años, los remordimientos no han abandonado a Johnnie Aycock. Recibió la medalla del valor, y una segunda vez por su conducta en otro secuestro, en 1995.

Es el único Ranger de Texas que ha recibido ese honor dos veces, pero nunca le oirás hablar de ello. Rehúsa hablar públicamente sobre sus logros.
Pero creo que la gente debe saber lo que hizo. Después de rogarle que me dejase incluir su historia en mis memorias, aceptó con renuencia.
“No me hagas parecer una especie de héroe, Joaquin”, me advirtió. “Tan solo soy un Ranger”.

UN RANGER DE LEYENDA III PARTE.

Más párrafos del libro de Joaquin Jackson, que describe la intervención del motín en la prisión que menciona en el otro capítulo.
Está claro que los métodos policiales han evolucionado, desde el Tejas de los años 60


Jueves por la tarde, 3 de abril, el año que la misión Apolo alcanzó la luna.
El cuidador de la prisión de Carrizo Springs y su esposa habían llevado la comida a los prisioneros, cuando estos se abalanzaron sobre ellos y los redujeron.

Forzaron los armeros y obtuvieron armas y municiones. Se abrieron paso a tiros, hasta que se encontraron con algunos agentes de la policía local, y con el capitán de la compañía D de Rangers, Alfred Y.
Allee senior, quienes obligaron a tiros a los delincuentes a volver al interior de la cárcel.

Los internos decidieron fortificarse tras los muros y luchar contra la policía.
El capitán Allee pidió ayuda por radio a todas las unidades disponibles. My Dodge sedan del 69 se tragó 50 millas de carretera entre ranchos en 28 minutos. Cuando mi capitán me llama, yo acudo.

Cuando el agente Barrow y yo llegamos en frente de la prisión del condado, me quedé impresionado por la caótica violencia que reinaba en las calles.
Varios oficiales disparaban contra la prisión desde detrás de coches policiales abandonados. Las armas tronaban desde cada ángulo.

Los ciudadanos se agachaban detrás de los árboles y alrededor de las esquinas, presenciando el espectáculo. Nunca me habían invitado a una fiesta como esta.
Morris y yo nos convertimos en blancos casi inmediatamente.
Vi el resplandor de los disparos desde el segundo piso de la prisión.

Las balas comenzaron a volar sobre mi cabeza tan pronto salí del coche. Yo llevaba aquel día un nuevo sombrero de cowboy Resistol, que me había costado 65 $, lo que no era poco para un policía con una familia de cuatro miembros, que ganaba menos de 1000 $ al mes. Era lo bastante joven y tonto para considerarme a prueba de balas, así que lo que más me preocupaba era que aquellos desesperados hijos de perra me agujereasen el sombrero.

Cogí mi carabina M-2 del calibre .30 del maletero, puse el selector de tiro en fuego automático, e informé a los delincuentes, en los términos más claros posibles, que el plomo podía volar en 2 direcciones.

El Ranger Alfred Allee Junior, hijo del capitán, estaba en la escena, y se estaba quedando sin cartuchos para su escopeta Remington, así que le pasé un par de cajas de postas del .000. “¿Dónde está el capitán?”, le pregunté (no era muy profesional preguntar “¿Dónde está tu papá?” en medio de un tiroteo).

Señaló hacia el ala este de la prisión. El Agente Barrow y yo nos dirigimos en aquella dirección, cubriéndonos mutuamente con ráfagas cortas de disparos, para encontrarnos al capitán Allee lanzando la última de sus granadas de gas lacrimógeno de 40 mm.

Ninguno de sus disparos previos había conseguido pasar entre los barrotes de la prisión, y su último intento también falló. El gas lacrimógeno cubría toda la zona como una misteriosa niebla.

El ceño fruncido del capitán Allee puso sobre aviso a todo el que lo conocía que estaba muy irritado, probablemente porque había logrado gasear a todo el mundo en Carrizo Springs, menos a los delincuentes.
Siempre educado en sus maneras, nos agradeció a todos el haber llegado tan pronto y dijo, “chicos, si no podemos ahumar a esos bastardos para que salgan, tendremos que entrar nosotros”.

“Sí, capitán” dije. El capitán Allee estaba considerando el camino más corto y menos arriesgado hacia la prisión, cuando se detuvo para observarme atentamente con sus brillantes ojos castaños. Sin estar muy seguro de qué esperar, me acerqué a escuchar.
“¿Es un sombrero nuevo, Joaquin?”, dijo.
“Ah…sí, señor, lo es” contesté, asegurándome de estar bien a cubierto detrás del viejo olmo que todos estábamos compartiendo.

“Parece realmente bueno”. Cargó 3 cartuchos más en su carabine Winchester .30-30 niquelada (un regalo de cumpleaños de su esposa) y comenzó a correr hacia el edificio de la prisión. No tuvo que mirar atrás para saber que nosotros le seguiríamos.

Mientras se preparaba para asaltar un edificio fortificado, entre el humo de los disparos y el gas lacrimógeno, aquel hombre de 64 años se tomó un momento para admirar mi sombrero Resistol de 65 $. ¡Dios, adoraba a aquel viejo!

Nos ordenó seguirle a la pared norte de la prisión. Los delincuentes abrieron fuego contra nosotros, y yo contesté con un cargador entero de mi M-2. Mientras recargaba, oímos gritos desde el interior de la cárcel.
Ahora querían negociar.
“Hijos de perra, contaré hasta 10 para que arrojéis vuestras armas y salgáis”. Como comenté antes, no pasó del número tres, no porque pensase de verdad que los presos no sabían contar, sino porque se le había acabado la paciencia, y no estaba de humor para negociar.
Para él, sólo había una forma en que la situación podía acabar honorablemente para los Rangers de Texas.
Nos guió hacia la entrada del edificio. Nos reunimos con mi buen amigo, el Ranger Tol Dawson, Alfred Allee junior –el hijo del capitán-, el patrullero de autopistas Art Rodríguez (que un día se convertiría en un condenadamente buen Ranger), y 2 ó 3 agentes del Sheriff local. Nos abrimos paso a través del primer piso de la prisión, y nos dirijimos hacia la escalera que subía hacia las celdas.

Tol Dawson y yo, con nuestras armas dispuestas, asumimos que, como los más jóvenes del grupo, éramos los candidatos lógicos para abrir el camino hacia el segundo piso. Dimos un paso hacia las escaleras, cuando nuestro capitán de 64 años nos cogió por los brazos y tiró hacia atrás.

“Ninguno de mis Rangers va a ser asesinado delante de mí”, dijo. Se detuvo el tiempo suficiente para coger el arma del agente Barrow, un subfusil de la II Guerra Mundial del calibre .45, apodado “pistola de engrasar”.

En un instante, se aseguró de que el arma tenía el cargador lleno, accionó la palanca de montar, respiró profundamente, movió su cigarro a la otra comisura de su boca, y cargó gritando hacia las escaleras, disparando su arma.

Nos quedamos tan sorprendidos, que por un momento ni pensamos en seguirle.
La prisión estaba construida fundamentalmente de cemento y acero.
El subfusil comenzó a escupir las balas blindadas de 230 grains tan rápido como la acción podía introducirlas en la recámara.
La prisión se sumió en una tormenta de fuego, rebotes y tronantes detonaciones. El suelo tembló. No había nada que un hombre cuerdo pudiera hacer, más que agacharse y buscar protección mientras las balas rebotaban contra las paredes grises.

Después de unos ansiosos segundos, oímos la voz del Capitán: “Despejado”, gritó, “subid”.
Dawson y yo fuimos los primeros en trepar las escaleras. Mientras nos abríamos paso a través de los restos que llenaban el suelo del segundo piso, los efectos del asalto del capitán resultaron obvios. Las armas yacían abandonadas, todavía cargadas y montadas.
Dos revólveres estaban sobre las bandejas de comida, como platos sucios. Encontramos un rifle aquí, una escopeta allí. Mientras el polvo y el humo de los disparos se asentaban, un ominoso silencio descendió, como la calma que sigue a un tornado. Todos los objetos tenían un agujero de bala.

Inspeccionando el lugar, me sentí muy agradecido de que el capitán estuviese de nuestro lado.
Nos movimos de celda en celda, hasta que observamos dos pares de zapatillas de la prisión asomando desde debajo de un catre. Tiramos de ellos hasta sacar a sus propietarios, que salieron con rostros inexpresivos. Los agentes los identificaron como 2 borrachos habituales, que no tenían nada que ver con el motín. Totalmente en shock, y cubiertos con polvo, fueron puestos a salvo. Continuamos la búsqueda de los otros.


Pronto encontramos a los 14 amotinados, acurrucados juntos en una celda. Algunos sollozaban como niños. Otros parecían resignados a su destino, sin duda inmersos en los estadíos iniciales del stress postraumático. En cualquier caso, todos querían que se les llevase lejos del cañón del subfusil del capitán Allee – y rápido.


“Sus vacaciones han sido canceladas, chicos”, dijo el capitán, “pero tienen habitación y comida gratis por 5 años extra”.
Después de asegurar a los prisioneros, el capitán encendió un nuevo cigarro y reunió a los Rangers a su alrededor. “¿Tenéis hambre?” dijo, como su hubiésemos salido de una sesión de cine.

Meses más tarde, el capitán Allee me dijo que los borrachos que habíamos sacado de la prisión no habían vuelto a probar una gota de licor desde el incidente. “Mejores resultados que en Alcohólicos Anónimos, ¿no?” dijo, con un guiño. “Y más rápidos, además”.

UN RANGER DE LEYENDA II PARTE

El DPS me dotó con una escopeta semiautomática Remington modelo 11 del calibre 12.
Tenía miras tradicionales, y un cañon de 18” que me parecía más adecuado para cazar codornices.
La cambié por una escopeta semiautomática Remington modelo 1100 con miras de rifle y un cañón de 21”.
Una escopeta más fácil de apuntar, con la que podría barrer la calle de ser necesario, con postas del .000. Siempre tenía suficiente munición de postas del .00 y .000 en el maletero. Dado que tenía balas de rifle, también tenía a mano algunos cartuchos de bala de 600 grains.


Habitualmente, llevaba algún arma oculta, por si acaso las cosas se ponían realmente feas. Comencé con un revólver de 2” pulgadas Smith & Wesson Chief’s Special del .38, que metía dentro de mi bota, pero era abultaba demasiado, y en ocasiones se deslizaba tan abajo que no conseguía llegar bien a él.


Decidí cambiarlo por una semiautomática del .380 (9 corto),que metía dentro de mi cinturón, bajo la camisa.
Tenía otro revólver de cañón corto Smith & Wesson, del .22 magnum, que ocasionalmente llevaba encima.
Alguna gente no respeta el calibre .22, pero el magnum es más mortal que el .38 special, usado a distancias cortas, con munición de 40 grains de punta hueca.
Cuando trabajaba a caballo, solía llevar un revólver Smith and Wesson modelo 29 del .44 magnum. El calibre .44 funciona como una combinación de rifle y pistola.
Tom Threepersons diseñó una funda y cinturón para el .44 que llevaba 24 cartucheras para munición extra. Por si acaso, llevaba unas pocas cajas de munición extra, en el maletero.


Nada atrae la atención de un criminal como el fuego automático.
Una ráfaga de 3 ó 4 disparos parece detener el tiempo, y le hace pensar 2 veces antes de apuntar alguna pistola conseguida en una tienda de empeños hacia mí.
Hace unos pocos años, el FBI se encontró en una situación de desventaja en un tiroteo con delincuentes fuertemente armados, en Florida.
Y la policía de Los Angeles aprendió una valiosa lección cuando se enfrentaron en un tiroteo con unos atracadores armados con rifles automáticos.
Estos trágicos incidentes resultaron en innecesarias pérdidas de vidas, y forzó a los agentes de la ley en todo el país a reconsiderar las armas necesarias en la lucha contra el crimen.
Los Rangers de Texas nunca han necesitado una lección tan dolorosa. Nuestras jurisdicciones son tan amplias, y generalmente rurales, que es un hecho que no disponemos de refuerzos en un tiempo razonable, si la situación se pone fea.

Desde los tiempos de Jack Hays, los Rangers siempre han llevado lo mejor que el mercado ofrecía en armas ligeras. Las armas automáticas han sido dotación de los Rangers desde la introducción del subfusil Thompson y el Browning BAR. Siempre hemos hecho que los criminales se preocupasen de nuestro armamento, y no al revés.
Comencé mi experiencia con las armas automáticas con una carabina Springfield Armory M-2 del calibre .30, con cargador de 30 cartuchos –el mismo arma que usé en el motín de la prisión de Carrizo Springs. Generalmente llevaba otros 2 cargadores de 15 disparos en el coche.
Después de experimentar con M-14’s, Thompsons, y con el M-16, finalmente decidí llevar el Rifle de asalto Armalite AR-18, recamarado para el 5.56 NATO…El arma funcionaba mejor que el M-16 y el AK-47. Los Ruger Mini-14 del .223 fueron utilizados por los Rangers, y me gustó el mío hasta que me cambién al AR-18.





Las pistolas Sig-Sauer y Glock en calibre .40 y .45 disfrutan de gran popularidad entre los agentes de la ley en América, y yo he llevado alguna vez una Sig-Sauer en el maletero como segunda arma, pero los Rangers siempre han sentido afecto por los productos de la fábrica de Samuel Colt.

Cuando el modelo 1911 apareció en el mercado, pareció haber sido diseñado para nosotros. Una vez un ciudadano me preguntó por qué llevaba un .45. “Porque no hacen un .46”, contesté.
El hecho de que un Ranger de Texas tenga que confiar en tantas armas en el curso de sus deberes diarios no es ninguna broma. Sí, tenía muchas armas conmigo, pero intenté lo mejor que pude no tener que usarlas. Serví con los Rangers durante 36 años, y me siento orgulloso de no haber tenido que matar nunca a nadie. Estuve condenadamente cerca.

Sí, ciertamente, le he disparado a algunas personas. Y aunque nunca resulté herido, las balas volaron en mi dirección con más frecuencia de lo que me hubiera gustado. Winston Churchill dijo una vez que no había encontrado nada más estimulante que servir de blanco para los disparos de un enemigo que falló el disparo.

Quizás es cierto, pero yo nunca encontré motivos para la celebración después de un tiroteo.
Tras un episodio de intensa violencia y derramamiento de sangre, siempre me alejé del cúmulo de investigadores y forenses, y de los hombres desesperados, muertos o encadenados, y buscaba una roca en la que sentarme. Pensaba en la situación que había pasado –en lo que había hecho bien o mal. Sobre todo, aprendí a dar gracias a Dios por lo que me había concedido. Pensaba en mi mujer, y en nuestros 2 hijos, y me alegraba de que fuese a ser capaz de volver con mi familia.

JOAQUIN JACKSON.UN RANGER DE LEYENDA

NOTA: La autoria de estos articulos asi como sus traducciones no es mia , quien ha hecho ese trabajo en un amigo forero llamado VISVERIVENI, el cual ya me cedio en su dia los articulos sobre Jim Cirillo. Quiero volver a dejar claro que el merito es de el. Si algunas fotos son muy grandes solo teneis que hacer click en ellas y se abren con su tamaño original.



Este Ranger sirvió de asesor para la película “Traición sin límites”, e inspiró directamente al actor Nick Nolte para componer su personaje. Nolte se vistió en la película como Jackson, habló como él, e incluso adquirió una pistola, funda y cinturón idénticos a los que usaba el Ranger (aunque al rodar la película, fue preciso sustituir la pistola, del calibre .45, por una de 9 mm Parabellum, que funcionaba mejor con los cartuchos de fogueo).

Hasta que tenga tiempo de traducir otros capítulos más interesantes desde el punto de vista estrictamente policial, he aquí un capítulo en el que explica las armas que usó en su carrera.
Está claro que la vida de un Ranger de Texas en los años 60 y 70 era bastante peligrosa.

Experimenté mi primer tiroteo durante un montín en una prisión, en Carrizo Springs en 1969. Un grupo de delincuentes peligrosos sin nada que perder tomó el control de la prisión del condado. Saquearon la armería, consiguiendo numerosas armas y abundante munición y, cuando se dieron cuenta de que no podían escapar, se fortificaron detrás de las paredes.

Se llamó a los Rangers, y el veterano capitán Alfred Allee asumió el mando. Usando un megáfono, informó a los internos que contaría hasta diez para darles la oportunidad de rendirse. Contó hasta tres y a continuación vació el cargador de su rifle Winchester del .30-30 contra la prisión.
El brusco giro de los acontecimientos me tomó por sorpresa. “Capitán”, dije, “creí que les dijo que iba a contar hasta diez”.

“Bah, esos hijos de perra no saben contar, de todos modos”, contestó, y el tiroteo entre ellos y nosotros se volvió indiscriminado. Por entonces, yo llevaba una carabina automática Springfield Armory M-2 del calibre .30, y cuando los prisioneros dejaron claro que preferían una batalla sin cuartel a la rendición, respondimos a la violencia con más violencia. Mis balas rebotaron en los barrotes de la prisión, resonando como petardos en la noche veraniega.

Nunca olvidaré el sonido de las balas pasando cerca de mi cabeza, o impactando en los coches alrededor mío. Me habían disparado antes, pero nunca como aquella vez.
Tomamos la prisión exactamente de la forma que se esperaría de los Rangers de Texas, y antes de que pasase la noche, controlamos la situación, pero la violenta experiencia dejó una huella en mí, junto con la imagen de los disparos –un breve, brillante resplandor, y luego sólo oscuridad.
La lista de armas de fuego en mi arsenal es sustancial y, quizás para algunos lectores, chocante. He sido un cazador toda mi vida, y es cierto que aprecio un buen arma, pero no soy un chalado de las armas de fuego. Soy un artesano que aprecia las mejores herramientas de mi profesión.

Las he dominado para obtener un servicio beneficioso: mi defensa y la defensa de otros contra el elemento criminal. Poseo las armas, pero ellas nunca me han poseído a mí.
En 1966, cuando me hice Ranger, el DPS (Department of Public Safety) de Texas me equipó con un revólver Smith and Wesson modelo 19 del calibre .357 magnum.




Era un buen y preciso revólver. Para tiro de precisión, siempre confié en el Smith & Wesson. Pero la mayoría de los Rangers llevaban alguna versión de la Colt 1911 calibre .45.
Era mejor para el servicio: tenía un tremendo poder de parada, llevaba algunas balas más, y podía recargarse rápidamente. Mi elección concreta era la Colt Ligthweight Commander.

A lo largo del tiempo, hice algunos ajustes en la misma. Reemplacé el gatillo con otro de una Colt 1911 más vieja, de mayor tamaño, y lo ajusté exactamente para una presión de 3 libras. No me gustaba la forma en que el seguro de empuñadura de la Commander cogían pellizcos en mi piel, entre el pulgar y el índice.

La solución fue incrementar la superficie con un seguro tipo “Beaver-Tail”.
Las cachas de madera estándar no sirven para un Ranger de Texas. Las cachas de madera laqueadas o de marfil se vuelven resbaladizas con el sudor; son simplemente peligrosas. Y (como dijo el General Patton), sólo los chulos y las putas llevan cachas de madreperla.

Prefiero las cachas personalizadas hechas de plata grabada y oro que me dio Felipe Zamora. Nunca he visto otras que fueran más bonitas, y al mismo tiempo tan prácticas.
…Generalmente alternaba una bala blindada con una de punta hueca.
Llevaba 2 cargadores en el cinto, y otros 4 en la cabina de mi vehículo, y algo más de munición suministrada por el departamento en el maletero. Generalmente llevaba otra Colt 1911 del .45 con cañón de 5 pulgadas en el coche. En situaciones peligrosas, metía en el cinturón, en el lado opuesto a la Commander, la otra .45.
Ambas .45 por supuesto, iban cargadas, con una bala en recámara y montadas y aseguradas (en “condición uno”). “¿No es eso algo peligroso?”, le preguntó una vez un tipo a un Ranger amigo mío. “No llevaría a la hija de perra si no fuese peligrosa”, contestó el Ranger.

Cuando me hice Ranger, el departamento me dotó con un rifle semiautomático Remington modelo 8 del calibre .30, que había usado previamente el Ranger Levi Duncan.


No creí que este arma pudiera funcionar para mí. Tan pronto como pude permitírmelo, lo reemplacé con una carabina de palanca Winchester del calibre .30-30, fabricada en 1957.
El armero Lem Sinclair le cortó el cañón de 20 pulgadas a 16 ¼”, para asegurarme de que podía apuntar en la dirección apropiada desde dentro de mi coche. Lem acabó el arma con un cromado satinado, inmune al óxido. Además así no era posible que un brillo del pavonado fuese detectado por el ojo de un delincuente.

miércoles, 4 de febrero de 2009

STUN CUFF


STUN CUFFS.ULTIMA INNOVACION PARA AZULES.

Hoy los criminales son mas peligrosos y están mas desesperados que nunca. Ponen en peligro a cualquier persona con la que entre en contacto, agentes de la ley, jueces o civiles .
Es frecuente oír historias sobre prisioneros que se han fugado al ser llevados al medico o al ser transportados de un sitio a otro. Tienen que ser controlados, por eso Myers Enterprises INC. se ha comprometido a hacerlos obedecer ….aunque no quieran.



Bueno, pues este es uno de los nuevos productos incluidos en lo que llamaríamos LESS THAN LETHAL, se ha presentado hace poco en las ferias internacionales y la verdad, a mi me encantaría tenerlo, porque funciona bastante bien.

La empresa que lo vende también se encarga de entrenar a los compradores en su uso.
El funcionamiento es bastante básico, el aparato consta de un transmisor y un receptor que recibe la descarga. El detenido lleva la cajita negra puesta en un tobillo o un brazo y si se descontrola , descarga que te crio! Y podemos jugar a eso todo el dia.








El aparato se instala abriendo la correa de sujeción con una llave de grillete normal, la cajita lleva un código de serie de varios dígitos que es el que se activa desde el mando, seria como marcar un numero de teléfono y “el que descuelga” se lleva una electrizante llamada.

Luego os dejo la web de la empresa, donde además facilitan varios documentos sobre los protocolos de actuación(3 concretamente ) y uso ; normal en una empresa americana que gusta de ser profesional y hacer las cosas bien.


Un video:



http://www.policeoneproducts.com/policeonetv/clip/1770110-Stun-Cuff-at-IACP-2008/



Hay algunos estados que por razones desconocidas no permiten su uso: Hawaii, Massachusetts, Michigan, New Jersey, New York, Rhode Island,
Wisconsin , aunque se que en todos ellos el uso del TASER si esta autorizado




Esto es una copia de esos protocolos de uso de fuerza:


STUN-CUFF USE OF FORCE

1. In accordance with CCDC 15.01.00, Use of Force
2. I have reviewed and approved procedures
3. Effective Date: Policy and Procedures will be trained to before effective date.
The effective date of this procedure is: _____________________.

Procedures of the Electronic Control Device (ECD) Stun Cuff Magnum:

1. Stun Cuff spark test will be performed prior to being signed out to check for proper operation.
2. In the event of a spark test failure a Taser instructor will be notified immediately.
3. Stun Cuffs will be signed in and out of Central Control.
4. Stun Cuffs and transmitters will remain on their assigned chargers unless being spark tested or deployed.
5. A Detention Lieutenant or higher, will give authority to utilize the Stun Cuff inside the facility.
6. Based upon the demeanor, behavioral history of an inmate and risk for escape, the Transport Sergeant may authorize the use of the Stun Cuff on a transport.
7. Only staff trained and certified in Taser use may deploy the Stun Cuff.
8. Any time the Stun Cuff is applied to an inmate, for safety and security purposes both escorting officers will have a transmitter in their possession.
9. The multi cuff transmitter will only be used when two or more Stun Cuffs are being utilized at one time.
10. The Stun Cuff will be utilized as a primary source, the Taser will be used as a back up incase of failure.
11. Under no circumstances will the Stun Cuff be used in a punitive manner.
12. Spark tests in front of the inmate as a deterrent will not be permitted.
13. The Stun Cuff operator will give a direct order to the inmate to follow instructions or the Stun Cuff will be deployed on their person.
14. Pictures of the electrode contact area or burns will be taken immediately following the usage of the Stun Cuff and upon compliance of the inmate.
15. Medical staff will be notified to inspect the contact area any time the Stun Cuff is deployed on an inmate.
16. Immediately following a Stun Cuff deployment, Use of Force forms will be filled out including the Supervisory Stun Cuff Report.
17. In the event of a Stun Cuff malfunction the Stun Cuff will be turned over to a Certified Taser Instructor for repairs.










Justified uses in a PLANNED use of force of the ECD Stun Cuff Magnum:

1. Maintain Security
2. Failing to comply with Officer’s orders
3. Any high risk/high profile transport
4. Transports with a high risk of escape
5. All jury trials where an inmate is not fully restrained
6. Inmate work detail outside of the secure facility
7. Any movement of an inmate with past or present behavioral problems

Justified uses in an IMMEDIATE use of force of the ECD Stun Cuff Magnum:

1. Control unruly inmates
2. For self-defense, defense of other staff, public or inmates
3. Prevent destruction of property
4. Prevent self-mutilation
5. Prevent suicide
6. Escape prevention




ESTE OTRO VIDEO MUESTRA MUY DETALLADAMENTE COMO FUNCIONA:

http://www.stun-cuff.com/site/1558099/page/907280



El maletín que incluye todo ,vale unos 1.000 dólares, por otro lado tiene otro Gadget, que es el multi-cuff , especialmente diseñado para las cuerdas de presos que suelen trabajan en el exterior, con un solo botón en el mismo transmisor puedes tumbar a una 12 de maleantes.
Un invento genial sin duda.
También te regalan una fundita para instalarlo en el coche patrulla , así cuando el detenido que va detrás empieza a pegar patadas , escupir y ponerse chungo, descarga al canto y se acabo el problema!.


El alcance del aparato es de unas 100 yardas y las descargas se pueden modificar en longitud, aunque la estándar es de 2-3 segundos , en cuanto a la descarga no puedo decir con exactitud , porque no lo he visto en su pagina oficial, pero en otra dicen que suelta 80.000 voltios , me imagino que a mínimo amperaje, aunque yo de electricidad ni papa.
El invento , con todo lo simple que es, ha ganado varios premios de innovación tecnológica aplicada a la seguridad.



En este video los ayudantes del sheriff prueban el cacharrito, vaya saltos que dan:




http://www.stun-cuff.com/site/1558099/page/917646



Y para terminar la pagina web de la empresa:

http://www.stun-cuff.com/site/1558099/page/1000



Solo como curiosidad, buscando informacion para este articulo me he encontrado como alguna cosa rara , como esta:





ttp://arkansaspolicesupply.com/zencart/index.php?main_page=product_info&cPath=14&products_id=3&zenid=5603fc7a61219bb81ad4c4efeb8549b5



Y alguna mala copia del Stun Cuff

martes, 3 de febrero de 2009

LEGALIDAD DE LAS PUNTAS HUECAS EN LAS F.Y.C.S. DE ESPAÑA


A menudo se oye en los medios de comunicación que las municiones de Punta Hueca están totalmente prohibidas en España incluso para los propios agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, pero también es frecuente oír la misma afirmación de boca de agentes, Jefes o Instructores de Tiro de las propias Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, esto último es más lamentable que oírlo en la prensa no especializada.


Hasta cierto punto es comprensible que los periodistas o informadores de los medios de comunicación cometan esos errores y se metan en pantanos de fango de los que no pueden o no saben salir, es compresible porque ellos no son juristas ni son profesionales de las armas y la seguridad; y además más justificación tienen al errar en sus aseveraciones cuando oyes que la fuente de información que usan es un funcionario de la FyCS, el cual por el hecho de ser agente (tenga la categoría profesional que tenga y sea del cuerpo que sea) se autodenomina y como tal es considerado, experto en el tema.



De una vez por todas se debe dejar claro el tema de la legalidad de las Puntas Huecas. Y también de una vez por todas digamos a los seudo expertos aquello de “zapatero a tus zapatos”.



Para entender un tema hay que estudiarlo a fondo y pormenorizadamente, eso es lo que ahora haremos aquí con el vigente Reglamento de Armas y las Puntas Huecas.

El Real Decreto 137/93 de 29 de enero, aprueba el Reglamento de Armas y en su artículo 1º, 4º dice textualmente:

QUEDAN EXCLUIDOS DEL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE ESTE REGLAMENTO, Y SE REGIRAN POR LA NORMA ESPECIAL DICTADA AL EFECTO, LA ADQUISICIÓN, TENENCIA Y USO DE LAS ARMAS POR LAS FUERZAS ARMADAS Y LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD. PARA EL DESARROLLO DE SUS FUNCIONES TAMBIÉN QUEDAN EXCLUIDOS LOS ESTABLECIMIENTOS E INSTALACIONES DE DICHAS FUERZAS Y CUERPOS.



Otro artículo de esta norma jurídica es también de especial interés en el tema que nos ocupa.
Me estoy refiriendo al artículo 5º, f, este artículo dice:

Artículo 5º “QUEDA PROHIBIDA LA PUBLICIDAD, COMPRA VENTA, TENENCIA Y USO, SALVO POR FUNCIONARIOS ESPECIALMENTE HABILITADOS, Y DE ACUERDO CON LO QUE DISPONGAN LAS RESPECTIVAS NORMAS REGLAMENTARIAS DE:”

f.- “LAS MUNICIONES PARA PISTOLAS Y REVÓLVERES CON PROYECTILES DUM-DUM O DE PUNTA HUECA, ASÍ COMO LOS PROPIOS PROYECTILES.”

De todo lo textualmente expresado y extraído del Reglamento de Armas, se desprende sin género de dudas que:

1º.- La cartuchería de Punta Hueca solo está prohibida en España para ser usadas por armas cortas (pistolas y revólveres) así pues para armas largas se pueden usar y de hecho son las más usadas en monterías o caza mayor, naturalmente con rifles (arma larga).
No obstante existen armas largas en nuestro país que están recamaradas en calibres tradicionalmente de pistola o revólver, así pues es muy habitual ver a personas en cacerías o clubes de tiro usando carabinas de cerrojo, palanca o semiautomáticas en calibre 9mm Parabellum y del .357 Magnum o del .38 Special, quiere eso decir que un usuario de carabina de 9mm Parabellum podrá adquirir y usar de modo legal munición con puntas huecas, aún siendo ese tirador un civil de arma larga pero no podrá usar en sus armas cortas (si las poseyera) esos mismos cartuchos.

2º.- Otro punto que debe quedar claro tras el análisis de los artículos precedentes, es que los funcionarios especialmente habilitados SÍ pueden portar y usar los cartuchos de punta hueca. El dilema es… ¿Quiénes son esos funcionarios ESPECIALMENTE HABILITADOS…? La respuesta es tan sencilla que la gente no lo ve aún estando en sus narices, a menudo la gente que habla de estos temas dice, y lo dice por que lo cree, y lo cree porque lo oyó a alguien a quien consideró experto, que solo agentes de unidades especiales del Cuerpo Nacional de Policía o de la Guardia Civil están autorizados para hacer uso de las puntas huecas en sus armas.


Es un error creer eso, es mucho más sencillo. Todo funcionario está obligado a usar el material que le sea entregado por su administración, así pues será obligatorio que un agente de la G.C. utilice la munición que de dotación le es entregada por sus jefes o responsables de armamento y material, del mismo modo ocurre en el C.N.P. y como no podría ser de otro modo, también en los cuerpos de Policía Local ocurre lo mismo.
De este modo si el Ayuntamiento adquiere para dotación munición de punta de plomo y la entrega a sus funcionarios, esa debe ser la munición a emplear de modo oficial y reglamentario y si el Ayuntamiento por consejo de un especialista decide adquirir munición de Punta Hueca y con ella dotar a sus agentes, pues ya se debe tener a tal munición por material reglamentariamente adjudicado.


3º.- El punto anterior está directamente ligado al hecho de que el artículo 1º, 4º del R. de Armas, dejó meridianamente claro que las FyCS (CNP, GC, Cuerpo dependientes de las Comunidades Autónomas y cuerpos de Policía Local) están excluidos de la aplicación del Reglamento de Armas en lo que concierne a ADQUISICIÓN, TENENCIA Y USO DE ARMAS (eso incluye un componente tan vital como los cartuchos que usan esas armas) y de forma clara se entiende que cada Cuerpo dictará norma al respecto, así pues el Cuerpo de Policía Local que con buen criterio decide adquirir cartuchos de Punta Hueca para entregar a sus agentes, podrá hacerlo sin ningún tipo de temor o cortapisa por parte de la Intervención de Armas de la Guardia Civil, si bien es cierto que la mayoría de agentes de la Benemérita. desconocen lo que aquí hemos desmenuzado y por ello tratarán de poner trabas y pegas.


Una vez aclarados puntos vitales, sería bueno dejar plasmado aquí aunque sea de una forma muy somera y básica, las ventajas de la cartuchería de Punta Hueca.

Dos son las ventajas que más se pueden destacar de este tipo de cartuchos frente a los usados de modo tradicional en nuestras FyCS incluida la Policía Local.
El más ventajoso de los factores es el de la mayor Transferencia de Energía al cuerpo impactado, entendiendo por Transferencia de Energía, la capacidad que tiene un proyectil de transferir toda su energía al cuerpo contra el que impacta.


A mayor transferencia más deformación del proyectil (variación de su forma) y a más deformación de ese proyectil, más masa será destruida en el cuerpo impactado y mayor será la herida provocada en el impacto y durante la penetración.

Es un error común creer y decir que la Punta Hueca es más perjudicial o aquella frase que a veces se oye en prensa y que viene a decir eso de “la punta hueca MATA más..”, digo que es un error porque si usamos Punta Hueca de calidad en un caso de defensa legítima amparada por nuestro ordenamiento jurídico, y siempre que ese o esos disparos se coloquen en la zona del cuerpo deseado, es más que probable que con pocos disparos dejemos fuera de combate al agresor, quizás con uno o dos disparos, mientras que con proyectiles de plomo, blindados o semiblindados y situando los impactos en la misma zona, es probable que el sujeto continúe en su intento de abatirnos y debamos seguir disparando contra él, por ello a veces para derribar y neutralizar la agresión se deben hacer uso de demasiados impactos contra el atacante mientras en la mayoría de ocasiones en que se usó proyectil de Punta Hueca, con pocos disparos se pudo neutralizar el avance lesivo del atacante.

Siempre será mejor justificar judicialmente dos disparos de Punta Hueca en el cuerpo del agresor que no justificar cinco de los más tradicionales y comunes como los de plomo, blindados o semiblindados.

La segunda ventaja que aporta la punta hueca frente a las tradicionales puntas blindadas o encamisadas, las semiblindadas o las de plomo, es la menor sobrepenetración. Quiere eso decir que un proyectil tradicional de los mencionados antes, es capaz de provocar heridas graves a terceros una vez que el proyectil atraviese el cuerpo del sujeto primeramente elegido como objetivo.

De hecho es muy habitual que los tradicionales proyectiles sobrepenetren sus blancos y continúen su errático recorrido sin que el tirador que lo disparó pueda predecir donde, cuando y contra que objetivo se detendrá en su recorrido. (Ocurrió en Madrid hace pocos meses durante un tiroteo en plena calle)


Las puntas huecas dada su mayor facilidad de deformación al impactar y durante la transferencia de energía, no suelen abandonar el cuerpo impactado, quedando normalmente alojados en algún órgano del sujeto que recibió el disparo y en los caso en que sí abandona el cuerpo impactado, suele hacerlo ya con poca capacidad lesiva, evitando con ello daños colaterales.
Tengan siempre presentes esta frase,…CUANDO UNA BALA NO DA EN SU OBJETIVO, ES QUE NO DA DONDE QUERÍAMOS Y SI NO DA DONDE QUERÍAMOS...DARÁ DONDE NO QUERÍAMOS…

Son muchos los que aún creen que las puntas semiblindadas y las de plomo, aventajan a las blindadas de igual calibre, en lo relativo a efectos favorables a la incapacitación, es un error, créanme, las puntas de plomo, blindadas, frangibles y semiblindadas se comportan de idéntica forma siempre que impacte en los mismos sitios. Este tema lo dejamos para otro artículo aparte porque da para escribir mucho.


A modo de referencia y ejemplo, puedo decir que son muchos los Cuerpos de Policía Local en nuestro país, que usan como dotación oficial diversos tipos de cartuchos con puntas huecas. Recientemente el la P.L. de Alcázar de San Juan en Ciudad Real, con una plantilla de agentes bastante reducida, ya portan cartuchos Remintong Golden Saber en sus armas de dotación, el mismo tipo de cartuchos hace 15 años se comenzó a entregar de modo oficial a los agentes de P.L. de Rianxo en la provincia La Coruña.

Este municipio también es de plantilla muy reducida. Podría seguir enumerando más municipios en los que se usan puntas huecas pero me quedo con estos dos ejemplos de ciudades con poca incidencia de criminalidad pero con agentes que van especialmente bien dotados de material.



Ernesto Pérez Vera