Uno de nuestros hombres se enfrentó en solitario a 2 atracadores, ambos armados con escopetas recortadas. Sabía que tenía que alcanzar al segundo pistolero un microsegundo después de alcanzar al primero, o le clavaría a la pared. No solo hizo esto sino que me dijo que, mientras volvía su escopeta al segundo atracador, observó con su visión periférica que el primer tirador todavía estaba en pie.
Murmuró para sí mismo un maldición por haber fallado el primer disparo, y rogó que el hombre al que había fallado fallase a su vez al dispararle. Calculó, bajo toda aquella presión, que tenía que continuar y disparar al segundo hombre, que todavía estaba sorprendido. Sabía que si volvía a disparar al primer atracador, su tiempo de reacción de ventaja sobre el segundo tirador habría pasado, y sería hombre muerto.
En cuanto alcanzó al segundo hombre, volvió su escopeta hacia el primero, de nuevo, y realizó un tercer disparo sobre el mismo, que ahora estaba apuntando su escopeta. Esta vez, el primer hombre cayó como una tonelada de ladrillos.Dave se acercó cuidadosamente, para asegurarse de que ambos hombres estaban incapacitados totalmente y quedó absolutamente sorprendido al ver que, en el pecho del primer atracador, había 2 orificios por impacto de bala del calibre 12.
No había fallado el primer disparo.Sé que están vdes. agitando sus cabezas, incrédulos. ¿Cómo puede un hombre recibir una bala de escopeta del calibre 12 en el pecho y no caer? Pero, como he mencionado antes, he visto hombres recibir disparos con balas de escopeta del 12, postas del 00, perdigón del número 4, balas del .38 special de 158 grains y punta redonda, balas del .38 special de 158 grains semi-wadcutter, balas de punta hueca del .45 ACP de 200 y 230 grains, y balas de punta hueca del calibre .30 carbine de 110 grains, y seguir moviéndose. En mi opinión, el hombre es el animal más difícil de parar.
He visto a un atracador montar su revólver mientras me acercaba a él, después de que un joven miembro de la unidad le hubiera disparado con perdigón magnum del número 4. La autopsia mostró que su espina dorsal estaba dañada, dos perdigones habían atravesado el corazón, y otros 5 habían perforado los pulmones. Sólo he visto 2 situaciones en que los delincuentes quedaran incapacitados de un solo disparo, en una ocasión con una bala de punta hueca Super Vel de 110 grains del .38 special, y en otra con una bala de escopeta del calibre 12. Ambos fueron impactos en el cerebro.
…Aprendimos algunas lecciones tristes en aquellos años. Una de ellas es que hay un límite a la cantidad de stress que puede soportar un hombre. Algunos de los hombres de la unidad comenzaron a presentar hipertensión, algunos tuvieron ataques al corazón, y uno de mis compañeros, a quien yo había entrenado, y en cuyo valor y precisión tenía total fe, murió de un infarto, mientras dormía, a la edad de 36 años.
lunes, 1 de diciembre de 2008
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